Todo comenzó en 1994 en el municipio de San Gil, paso obligatorio para llegar a Bucaramanga y a la costa Caribe colombiana por vía terrestre. Para entonces, varias entidades del departamento junto con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo pensaron en cómo generar atractivos turísticos suficientes para convencer a los viajeros de no pasar de largo sin detenerse en San Gil para realizar alguna actividad.
A 5 minutos de San Gil, en el municipio de Pinchote, la empresa Xplorer construyó un parque de aventura extrema diseñado para toda la familia. Se trata de Trekking, un extenso y dinámico circuito conformado por cerca de 50 desafíos en puentes, descensos, atracciones y caminatas. Johan López, oriundo de Caquetá, es la cabeza de este parque de cuerdas, el más grande que hay en Colombia.
La actividad tiene recorridos de 225 metros compuestos por cable vuelo, rápel, caminatas, telarañas colgantes, escaleras extremas y el famoso puente tibetano, hasta terminar con torrentismo en la Quebrada La Laja, de 70 metros de altura. Solo es necesario el uso de un casco, arnés y ‘descensor’, así como de unas buenas botas.
Este parque de aventura lo pueden disfrutar personas desde los 6 años hasta los 75 o más, durante aproximadamente dos horas y media, y por un valor de $ 90.000. “Lo innovador de este circuito es la seguridad que manejamos, es una línea de vida continua nivel internacional. Manejamos buenos equipos, personal capacitado, anclajes certificados, lo que nos hizo valer como premio la certificación de Icontec”, asegura López.
Por más de 13 años, una familia del municipio de Curití, al sur de Santander, ha custodiado uno de los lugares más lindos descubiertos en Colombia: la Cueva de la Vaca. Esta es una cavidad subterránea con una corriente de agua viva que se puede disfrutar sin riesgo alguno, compuesta por gran variedad de formaciones calcáreas como estalactitas y estalagmitas.
Juan Carlos Jaimes creó Gua-iti Aventura Sin Límites, la empresa que opera en este municipio para realizar espeleología, que consiste en un recorrido de 492 metros, ida y vuelta, por las entrañas de esta tierra santandereana. Dentro de la cueva hay variedad de fauna, principalmente murciélagos y arañas; también hay atractivos naturales como una quebrada subterránea y los famosos ‘Salón del cielo de cristal’ y la ‘Pata del elefante’, una formación rocosa bastante particular.
El recorrido dura aproximadamente una hora y cuarenta minutos, y tiene un valor de $ 30.000 pesos. El turista recibe un casco de seguridad, una linterna, un seguro de riesgos, un guía y al finalizar la actividad, cuenta con servicio de duchas, vestier y una bebida caliente.
Más de cinco mil personas visitan la Cueva de la Vaca al año, especialmente en temporadas como enero, Semana Santa, festivos y diciembre. “Contamos con un estándar de calidad, con equipos certificados de marca Petzl. Es una empresa que está certificada en la norma técnica de calidad de espeleología y con un excelente estándar de guías certificados para realizar la actividad”, dice Jaimes.
Tomar la decisión de lanzarse de bungee jumping puede tomar tiempo. A 2 kilómetros de San Gil, por la vía al municipio de Charalá, luce imponente la plataforma de Colombia Bungee Jumping. Esta empresa colombiana, fundada por Juan Carlos Hernández, ofrece la oportunidad de dejar atrás los miedos saltando 70 metros de caída libre en la mitad del río Fonce, el mismo donde se hace rafting.
El proceso es muy seguro para lanzarse del bungee jumping más largo de Suramérica, pues esta actividad ha permitido cerca de 60.000 saltos comerciales desde hace 11 años y el equipo lo conforman guías y especialistas acreditados en primeros auxilios y operaciones de rescate.
El turista recibe indicaciones así como los elementos de seguridad necesarios para el lanzamiento. De ahí, es necesario dirigirse al ascensor responsable de subirlo hasta el punto desde donde será lanzado y desde ahí se puede observar una completa panorámica de la vegetación que compone al municipio de San Gil. Ya solo queda decir la cuenta regresiva y gritar: “¡Bungee!”.
Este es uno de los mayores atractivos de Santander. Paracaídas de colores sobrevuelan casi a diario una cadena de montañas que pareciera infinita. Es como si sobre ellas se alzaran largos y enredados ríos, como una piel reseca: esa es la naturaleza que hace único al Cañón del Chicamocha. El lugar es rico en fauna y flora y atrae en su mayoría a turistas extranjeros.
Aventura Total es una de las agencias operadoras de servicios turísticos más prestigiosas del departamento y fue creada por Freddy Merchán. Esta ofrece vuelos, aproximadamente de 25 minutos, por el imponente cañón, así como actividades de turismo con equipos de calidad y guías capacitados.
En una colina color terracota están predispuestos los cascos, sillas, arneses y paracaídas o velas. Cada visitante tiene su turno para volar y cuando ya están en el aire, uno tras otro le dan color al cielo. Esta actividad turística brinda una sensación de libertad y tranquilidad, pues cómodamente se sobrevuela a más de 2.000 metros de altura sobre una de las reliquias naturales de Colombia, encontrándose de vez en cuando con algunas aves.
Estos escenarios han generado cientos de espacios de aventura en Colombia, uno de los países de Suramérica con mayor potencial y capacidad técnica para el desarrollo de este turismo. Así, se abren nuevas puertas en regiones inexploradas para conocer nuestro país, conservar los recursos naturales y proteger lo que nos pertenece.
Artículo de Eltiempo.comVALERIA CUEVAS GONZÁLEZ Redacción Redes Sociales Twitter: @Olarevuccello * Invitación de Hotel Terrazas de la Candelaria y Terrazas Guadalupe.