Foto tomada de vanguardia.com
El arte de torcer tabaco en Piedecuesta
Una de las exponentes de este arte en Piedecuesta es Luz Marina Cáceres, que desde hace 45 años se desempeña como tabacalera, rollera, torcedora, cigarrera o cualquier otra de las acepciones con las que se conoce a los armadores artesanales de cigarros.
Aunque nació en Enciso, Santander, desde muy pequeña, esta mujer fue trasladada a Piedecuesta, donde aprendió a torcer tabaco rubio. Luz Marina recuerda que “desde muy ‘china’ me sentaron a ayudar a hacer perillas y luego me pusieron a enrollar cigarros”.
Durante cerca de 12 horas de trabajo, un o una torcedora puede ganarse cerca de $ 24 mil, ensamblando hasta mil cigarros por día.
Cáceres dice que “a donde usted vaya en Piedecuesta encuentra un ‘fabriquín’ (como se conoce a las empresas donde se arman cigarros de tabaco). El municipio vive de esto y cuando nos va bien, nos va bien a todos, pero cuando nos va mal, corremos con la misma suerte”.
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